¿Con la tecnología, qué lugar queda para la pedagogía?
¿Con la tecnología, qué lugar queda para la pedagogía?
-Los niños de hoy, no son como los de antes.
-Los niños de hoy pueden acceder a la tecnología sin necesidad de alguien
-La tecnología constituye una revolución en la educación.
-Ponen en duda la educación actual, la institución escuela y hasta el orden social mismo.
LA PEDAGOGÍA VE AL NIÑO:
-Inocente, dependiente de cuidado, dócil, obediente.
A LA INFANCIA:
Como un tiempo de espera, de preparación para la vida misma.
La pedagogía moderna se ve amenazada por la tecnología y para revertir eso, dice la autora que hay que volver a pensar la pedagogía como saber, como disciplina y empezar a verla como forma de orientación:
-Trabajar sobre lo que no van a encontrar los niños en la tecnología (porque hay cosas que no las van a encontrar)
-Pensar que lugar ocupa la escuela hoy, si es el lugar que ocupó en la historia y ya no lo ocupa
-Pensar que diferencias ofrece la escuela de lo que está afuera
-Que la computadora sea la que permita el encuentro entre el alumno y el docente.
En otras palabras, la autora plantea que la pedagogía trabaja la tecnología y plantea una especie de triángulo entre: Pedagogía, tecnología e infancia. La relación entre pedagogía e infancia es una relación sumamente estrecha e inquietante.
La autora plantea algunas interrogantes interesantes: ¿Qué consecuencias tiene para la pedagogía las transformaciones del estatutos de la infancia que traen consigo los desarrollos tecnológicos? ¿Qué lugar ha quedado para la intervención pedagógica? ¿En qué lugar queda la escuela?
La pedagogía moderna lleva adelante un intento sistemático de describir la naturaleza infantil. El niño ha sido caracterizado como un ser dependiente, inocente, y la infancia como un tiempo de espera y preparación para la vida adulta. Se despliegan practicas ligadas a su desarrollo (escuela), un grupo de adultos a su cargo (maestros) y se seleccionan un conjunto de conocimientos.
Lo nuevo no viene a irrumpir la infancia anterior, no es el niño lo que ha cambiado. Debiéramos reconocer que la pedagogía ha desplegado unas operaciones desmesuradas sobre la infancia, se arrogaron un saber absoluto estableciendo caminos, y hay algo que se resiste a ellos. Siempre la infancia es novedad.
El niño nos sorprende, quizás sacudiéndonos muchos manuales, poniéndonos al limite de nuestros saberes. Hay que revisar la idea de conjuntos de saberes, entre un saber y su tiempo. El conocimiento se arma como el conjunto de saberes que sirven para orientar la tarea de educar, yendo más allá de lo escolar.
Consideramos que la tecnología en su justa medida, es sin duda una herramienta que ayuda a facilitar el trabajo tanto de los docentes como de la pedagogía en si. A través de la misma, los niños pueden relacionarse con vídeos, audio libros, documentales e informes que despierten de otra manera la curiosidad y deseo de aprender e interiorizarse con cierto contenido. Pero si la tecnología no esta bien aplicada o administrada por algún adulto responsable, también podría verse como una amenaza para la pedagogía, si en todos los "ratos libres" de los niños ellos están usando de mala manera la tecnología (por ejemplo, horas frente a una tablet, celular o artefacto digital dedicadas a juegos violentos) desperdician la posibilidad de avanzar pedagogicamente.
-Los niños de hoy pueden acceder a la tecnología sin necesidad de alguien
-La tecnología constituye una revolución en la educación.
-Ponen en duda la educación actual, la institución escuela y hasta el orden social mismo.
LA PEDAGOGÍA VE AL NIÑO:
-Inocente, dependiente de cuidado, dócil, obediente.
A LA INFANCIA:
Como un tiempo de espera, de preparación para la vida misma.
La pedagogía moderna se ve amenazada por la tecnología y para revertir eso, dice la autora que hay que volver a pensar la pedagogía como saber, como disciplina y empezar a verla como forma de orientación:
-Trabajar sobre lo que no van a encontrar los niños en la tecnología (porque hay cosas que no las van a encontrar)
-Pensar que lugar ocupa la escuela hoy, si es el lugar que ocupó en la historia y ya no lo ocupa
-Pensar que diferencias ofrece la escuela de lo que está afuera
-Que la computadora sea la que permita el encuentro entre el alumno y el docente.
En otras palabras, la autora plantea que la pedagogía trabaja la tecnología y plantea una especie de triángulo entre: Pedagogía, tecnología e infancia. La relación entre pedagogía e infancia es una relación sumamente estrecha e inquietante.
La autora plantea algunas interrogantes interesantes: ¿Qué consecuencias tiene para la pedagogía las transformaciones del estatutos de la infancia que traen consigo los desarrollos tecnológicos? ¿Qué lugar ha quedado para la intervención pedagógica? ¿En qué lugar queda la escuela?
La pedagogía moderna lleva adelante un intento sistemático de describir la naturaleza infantil. El niño ha sido caracterizado como un ser dependiente, inocente, y la infancia como un tiempo de espera y preparación para la vida adulta. Se despliegan practicas ligadas a su desarrollo (escuela), un grupo de adultos a su cargo (maestros) y se seleccionan un conjunto de conocimientos.
Lo nuevo no viene a irrumpir la infancia anterior, no es el niño lo que ha cambiado. Debiéramos reconocer que la pedagogía ha desplegado unas operaciones desmesuradas sobre la infancia, se arrogaron un saber absoluto estableciendo caminos, y hay algo que se resiste a ellos. Siempre la infancia es novedad.
El niño nos sorprende, quizás sacudiéndonos muchos manuales, poniéndonos al limite de nuestros saberes. Hay que revisar la idea de conjuntos de saberes, entre un saber y su tiempo. El conocimiento se arma como el conjunto de saberes que sirven para orientar la tarea de educar, yendo más allá de lo escolar.
Consideramos que la tecnología en su justa medida, es sin duda una herramienta que ayuda a facilitar el trabajo tanto de los docentes como de la pedagogía en si. A través de la misma, los niños pueden relacionarse con vídeos, audio libros, documentales e informes que despierten de otra manera la curiosidad y deseo de aprender e interiorizarse con cierto contenido. Pero si la tecnología no esta bien aplicada o administrada por algún adulto responsable, también podría verse como una amenaza para la pedagogía, si en todos los "ratos libres" de los niños ellos están usando de mala manera la tecnología (por ejemplo, horas frente a una tablet, celular o artefacto digital dedicadas a juegos violentos) desperdician la posibilidad de avanzar pedagogicamente.